ANDALEMANIA

José Francisco Agüera Oliver (Hausach, Alemania, 1961) esautor de unos veinte libros de poesía y de ensayo y es una de las voces poéticas más reconocidas de la literatura contemporánea en alemán.
     Gracias a lecturas públicas y talleres dentro y fuera del país (como profesor invitado en el MIT de EE.UU., por ejemplo, o como poeta laureatus en Dresde, El Cairo o Estambul), este hijo de migrantes ma­lagueños, y nacido en plena Selva Negra, puede vivir de su escritura. Además, José F. A. Oliver también traduce poesía del español al ale­mán y viceversa.

     Entre las becas y premios que ha recibido en los últimos años desta­can el Premio Adelbert von Chamisso de la Fundación Bosch, el Premio Baden-Württemberg de Cultura (2007) y el Premio Heinrich Böll de la ciudad de Colonia (2021) por su obra publicada hasta ahora, así como la Orden del Mérito de la República Federal Alemana (2022).

     Desde hace más de veinticinco años coordina el festival LeseLenz en su ciudad natal. Y, desde 2022, es presidente del PEN Club alemán.

Este hijo de emigrantes andaluces es una de las voces poéticas mas notables de Alemania. El erotismo, el amor y la muerte tienen una gran presencia en su obra.

Ciro Krauthausen, El País

Estamos ante un talento de categoría propia, ante un poeta de una dignidad completamente independiente, ante un escritor de rara se­riedad. Oliver da a las palabras un peso propio o las toma por su propio sentidode tal manera que su contenido se transporta con la ligereza de las alas de una mariposa.

Fritz J. Raddatz, Die Zeit

El poeta enmarca su poesía con el canto jondo y deja que la hermosa voz se sumerja en la melancolía o alcanza tonos casi sacrales.

Katja Möhrle, Frankfurter Allgemeine Zeitung

Aquí, donde el sentido, la música y la imagen se unen en una forma anclada en la voz, en el cuerpo de la voz, el poema promete ven-cer y perdurar.

Joachim Sartorius, Die Welt

José Oliver no es un escritor de versos y topó-grafo del mundo, es poeta y se deja topogra-fiar por el mundo hasta que este se le hace fí-sico como tierra de ojos y oídos. Ahí es donde su poema echa raíces y crece hacia nosotros, como solo ocurre con los grandes poetas, que se reconocen por su lenguaje.

Christoph W. Bauer, Der Standard